lunes, 4 de agosto de 2008

Publicidad y Realidad

El aire que respiramos se compone de oxígeno, nitrógeno...y publicidad
(R. Guerin)

¿De verdad respiramos publicidad? Quizá resulte algo exagerada esta afirmación, pero de ella se desprende una evidencia difícil de contradecir, y es que la publicidad se ha instalado en nuestra vidas. A partir de las próximas entradas vas a poder rever tu realidad desde esta tipología textual: qué "vende" un mensaje publicitario...

Resolvé los ejercicios y consultá la teoría en este blog y en EL TINGLADO (blog de aula)

Recursos publicitarios

La publicidad y la propaganda comparten, en ciertos aspectos, muchos de sus métodos, técnicas e inclusive los medios por los cuales se canalizan, pero pueden diferenciarse perfectamente por sus fines. La publicidad no puede ser considerada una ciencia, ni tampoco una ciencia exacta, pero sí puede ser estudiada como una técnica o arte dentro del marco de la sicología, la biología, la lingüística o la sociología, debido a que sus técnicas poseen mecanismos filosóficos como psíquicos de alta complejidad y muchas veces desconocidos.De todas maneras, gran parte de la publicidad está asociada con una serie de recomendaciones intuitivas, que se basan en pruebas de ensayo y error, y no en investigaciones científicas.La publicidad posee métodos o técnicas de persuasión para poder lograr su cometido, es decir, vender el producto o servicio. La primera es la simplicidad del mensaje: para que un mensaje pueda ser entendido correctamente por sus destinatarios, es fundamental que sea simple; incluso, aunque la idea que se desee transmitir sea demasiado complicada, se deberá recurrir a una simplificación. Si tenemos que hacer referencia a un ejemplo actual, si queremos transmitir que “es necesario realizar una profunda reforma estructural del estado”, se puede dividir el mensaje en ideas sucesivas más simples: “la corrupción es parte del poder”.
La repeticion es un pilar de la comunicacion de la publicidad.
Otra técnica que utiliza la publicidad es la repetición y la variación; para que los mensajes puedan persuadir es necesario un alto número de repeticiones del mismo; como seres humanos contamos con un sistema de defensa natural ante las publicidades que suelen invadirnos de forma constante, es por esto que debe eventualmente variar. Un ejemplo de esto es la campaña persuasiva realizada por Benneton, a través de imágenes que poseen alto impacto visual; la campaña trató de edificar una imagen de rebeldía provocadora y cuestionaba los valores tradicionales, y si bien los afiches publicitarios decían lo mismo, variaban entre sí de manera inteligente. Una táctica de la publicidad es también evitar la saturación; aunque es verdad que busca repetir su mensaje, también es verdad que existe un riesgo de saturación que de alguna forma deberá ser evitado. Muchos se preguntan cuál es ese nivel, pero es difícil medirlo.Para ello se debe utilizar una investigación de mercado para determinar en qué medida el público empieza a saturarse.
Tanto la propaganda como la publicidad requieren que sus mensajes expresen optimismo, una perspectiva positiva; los mensajes dubitativos o de tipo defensivos están, por lo general, condenados al fracaso. Un claro ejemplo de esto sería que una compañía aérea hiciera un comercial que diga “vuele con nosotros tenemos la tasa más baja de accidentes”. Lo que conviene aquí es concentrar los mensajes en la buena calidad de servicio: su rapidez, sus bajos precios, la frecuencia de vuelos, etc. Ya que una frase como la mencionada anteriormente provocaría temor, de forma conciente o inconsciente y como consecuencia cualquier otra aerolínea vendería más que la nuestra. Estos son los factores más importantes dentro de la publicidad.

La comunicación verbal y no verbal en la radio

En cada medio, y también en la vida cotidiana, los mensajes verbales se complementan con otros elementos que nos orientan para descifrar el sentido. En la radio, sin embargo, lo verbal parecería “valerse por sí mismo”: el medio no dispone de recursos visuales que refuercen la palabra. De todas maneras, encontramos en este caso elementos propios de la comunicación oral que cumplen esa función. También aquí se trata de recursos que corresponden al orden del contacto.
Los matices de la voz, las pausas, los tonos, el énfasis, el ritmo, el volumen, los titubeos son indicadores:del tipo de escucha que se espera de nosotros (alerta, relajada, divertida, emotiv)–; del tipo de vínculo entre los interlocutores (cordialidad entre pares, polémica, asombro ante la revelación); de la relevancia de lo que se dice (subrayando con el tomo de voz, con un ritmo más solemne o agitado aquello que se quiere destacar).
También los acentos regionales, las formas de pronunciación, dan pistas sobre la edad, el sexo o el origen social y geográfico del hablante.

Cuando hay varios interlocutores o cuando hay una entrevista, la entonación interrogativa y la pausa señalan un cambio de turno en el uso de la palabra.

Cuando se trata de una nota en exteriores, el sonido ambiente contribuye a recrear la atmósfera del lugar de los hechos.
Por otra parte, el medio ha desarrollado códigos propios en los diferentes géneros: desde el bip de la hora hasta las cortinas musicales que identifican los programas, desde las risas grabadas a los efectos sonoros que daban realismo a los radioteatros.