Los avances tecnológicos en las comunicaciones nos acercan diariamente miles de informaciones que, en apenas segundos, nos facilitan el acceso a realidades sociales que, de otra manera, ignoraríamos. Lugares, países, hechos y personas que jamás hemos visto ni encontrado llegan a nuestros ojos en pocos minutos. La televisión, la radio, el diario, el video y las tecnologías de la información y la comunicación amplían nuestro horizonte informativo y nuestro caudal de conocimientos acerca del mundo. Y todo ello, con una velocidad cada vez mayor.
Diariamente, la pantalla del televisor, las emisoras de radio, las páginas del periódico y de la red, nos hablan de la realidad que vivimos. Noticieros, programas periodísticos, publicidades, telenovelas, películas y miniseries nos introducen en un mundo de sonidos, colores, textos e imágenes –fijas y en movimiento- que producen en nosotros la sensación de estar participando directamente de cada uno de los hechos que narran los medios, como “si estuviéramos allí”.
“Te aseguro que fue así... Lo vi en la tele. Era como estar ahí...” Esta expresión, que los espectadores utilizan para reforzar aún más su credibilidad respecto de una noticia, confirma hasta qué punto los mensajes transmitidos por la televisión crean la ilusión de verosimilitud y, en consecuencia, la impresión de que los medios de comunicación no hacen sino reproducir la realidad tal cual es, como un espejo.
Sin embargo, y éste será el eje de nuestro abordaje, los medios nunca presentan la realidad tal como es, sino que la re- presentan. Dicho de otro modo, los medios interpretan y nos ofrecen su visión de los hechos y del mundo. Cada medio, con su propia visión.
Precisamente porque una noticia es siempre una interpretación del hecho al que alude, este hecho puede aparecer de muy diferentes maneras según el medio que lo refiera. Así, un acontecimiento estará representado de una manera en el diario A y de otra en el diario B. Aun cuando el hecho sea el mismo. Los medios de comunicación son, por lo tanto, lecturas de la realidad y existen tantas lecturas como medios las produzcan.
Por ello, es imposible que los medios de comunicación muestren el mundo como un espejo que lo refleja tal cual es. Los mensajes están escritos, fotografiados, filmados, y luego editados por profesionales que no son taquígrafos de la realidad. Los periodistas, editores, guionistas, camarógrafos, fotógrafos e iluminadores seleccionan, jerarquizan, valoran, y le dan un determinado tratamiento a la información, que es diferente según el medio en el que la información se publique o emita.
En suma, los medios son mediadores, lecturas y construcciones, que re-presentan la realidad. Y es justamente porque los medios no son espejos de la realidad, que necesitamos conocerlos explorarlos y analizar la manera en que hablan de los hechos. Si los medios fueran un espejo de la realidad, estudiaríamos sólo a la realidad. No tendría sentido analizar una imagen que es copia fiel de su original.
En virtud de que no estamos frente a espejos, ni frente a mensajes transparentes y objetivos, debemos analizar qué particular lectura de la realidad nos ofrece cada medio. Es decir, debemos preguntarnos por la manera en que el diario, la radio, la televisión y las tecnologías de la información y la comunicación hablan del hecho al que aluden. En nuestro caso, se trata de explorar el modo en que los medios hablan del Mundial de Fútbol.
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